Cuando los niños no logran adaptarse al ambiente escolar, lo primero que se suele hacer es señalar al centro educativo y al comportamiento de los propios menores como los principales factores. Sin embargo, pocos se dan cuenta realmente del papel que desempeñan los padres en la motivación de sus hijos.
Un niño motivado tendrá un mejor rendimiento escolar, no tendrá mucho freno a la hora de enfrentar y desarrollar cosas nuevas, además podrá realizar sus deberes escolares a la par con los de la casa, sin inconvenientes.
Según David Lozada, psicoterapeuta infantil del Instituto Guestalt de Lima, nadie tiene más influencia en la motivación de los hijos que los propios padres y sus acciones pueden ayudar a desarrollar en ellos la actitud de Puedo hacerlo.
Para lograrlo, el especialista recomienda a los padres enseñar a los pequeños a fijarse metas de acuerdo a su edad y posibilidades, hablar a diario sobre su experiencia en la escuela, colocar sus mejores trabajos en lugares visibles de la casa, plantear junto a ellos salidas a sus problemas y, cuando logren sus metas, decirles qué bien cumpliste con la tarea.
Si brindan calidad de tiempo, los padres pueden ayudar a que los chicos se entusiasmen con los temas importantes y ese entusiasmo, a la vez, puede convertirse en una motivación que durará toda la vida, asegura Lozada.
Un niño motivado tendrá un mejor rendimiento escolar, no tendrá mucho freno a la hora de enfrentar y desarrollar cosas nuevas, además podrá realizar sus deberes escolares a la par con los de la casa, sin inconvenientes.
Según David Lozada, psicoterapeuta infantil del Instituto Guestalt de Lima, nadie tiene más influencia en la motivación de los hijos que los propios padres y sus acciones pueden ayudar a desarrollar en ellos la actitud de Puedo hacerlo.
Para lograrlo, el especialista recomienda a los padres enseñar a los pequeños a fijarse metas de acuerdo a su edad y posibilidades, hablar a diario sobre su experiencia en la escuela, colocar sus mejores trabajos en lugares visibles de la casa, plantear junto a ellos salidas a sus problemas y, cuando logren sus metas, decirles qué bien cumpliste con la tarea.
Si brindan calidad de tiempo, los padres pueden ayudar a que los chicos se entusiasmen con los temas importantes y ese entusiasmo, a la vez, puede convertirse en una motivación que durará toda la vida, asegura Lozada.
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