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Consecuencia psicológicas en los niños maltratados

Por Lupe Maestre

En el mundo millones de niños son física y emocionalmente castigados por aquellas personas responsables de su cuidado. Estos maltratos se dan en la casa, la escuela, en los centros de trabajo y en las calles. En el Perú las leyes nacionales no prohíben el castigo a los niños.

Desde el tiempo de nuestros abuelos ya se nos hablaba del uso del san martín y de cómo en los colegios utilizaban una regla para pegar en las manos de los alumnos que desobedecían. Hoy quizá los castigos físicos sean peor vistos pero no por ello menos utilizados.

En Confidencias hemos hablado del uso de la violencia física como forma de castigo que utilizan miles de padres peruanos. Hoy hablaremos de las consecuencias de esta violenciaÂ… ¿Sabes el daño que causas en tu hijo cuando le das una cachetada, el resentimiento que se genera en él o en ella cuando le pegas?

Para el niño que es maltratado, se va formando un modelo de conducta agresiva. Si vive rodeado de este modelo, estará adquiriendo el hábito de responder agresivamente a las situaciones conflictivas.

Los niños que crecen siendo golpeados frecuentemente están expuestos a la posibilidad de un desarrollo emocional patológico

Durante los primeros años, ellos desarrollan los dones sociales y académicos necesarios para su futuro como ciudadanos adultos; la violencia, en casa o en la comunidad, ejerce un efecto negativo notable en este parámetro del desarrollo del niño.

Los niños que han sido víctimas de actos violentos y maltrato físico pueden tener dificultades en su trato con otras personas. La ira que comúnmente acompaña a estos niños tiene una gran posibilidad de incorporarse a sus estructuras de personalidad. La carga de dicha ira dificulta el control de su propio comportamiento, aumentando así el riesgo de que ellos también recurran a la violencia.

Los niños aprenden sus habilidades sociales al identificarse con los seres adultos que participan en su vida. Ellos no pueden aprender modos no agresivos de interrelacionarse con otras personas cuando los únicos modelos, inclusive los que aparecen a través de los medios de comunicación, utilizan la fuerza física para lograr la resolución de sus problemas.

Para controlar sus miedos, es posible que los niños quienes viven en un ámbito de violencia repriman sus sentimientos. Este mecanismo de defensa los afecta en su vida inmediata y puede causar un desarrollo patológico al largo plazo.

Los golpes generalmente producen daños físicos, pero a su vez el castigo envía mensajes psicológicos destructivos para las víctimas, ejerciendo un impacto en áreas críticas del desarrollo infantil, con perjuicios en el presente y a futuro en su desarrollo social, emocional y cognitivo.

El carácter traumático del pánico, el terror, la impotencia, las frustraciones severas acompañadas de dolor y del carácter impredecible del comportamiento del adulto agresor, constituyen secuelas psicológicas que se manifiestan de las formas siguientes:

a) Muy Pobre Autoestima. Los niños maltratados se sienten incapaces, tienen sentimientos de inferioridad, lo que se manifiesta en comportamientos de timidez y miedo; o por el contrario, con comportamientos de hiperactividad tratando de llamar la atención de las personas que les rodean.

b) Síndromes de ansiedad, angustia y depresión. Se manifiestan en la víctima trastornos del comportamiento como angustia, miedo y ansiedad, o estrés pos-traumático. A veces estos trastornos, pueden estar disfrazados por mecanismos de adaptación a la situación.

Estos niños desconfían de los contactos físicos, particularmente de adultos, y se alteran cuando un adulto se acerca a otros niños, especialmente si lloran, presentan problemas de atención, concentración y tienen dificultad para comprender las instrucciones que se les imparten.

Estos niños desarrollan sentimientos de tristeza y desmotivación, pudiendo llegar a un estado anímico deprimido, comportarse de forma autodestructiva y pueden llegar a la auto mutilación.

Los niños maltratados físicamente son más agresivos con otros niños y presentan altas tasas de conductas hostiles, como patear y gritar. Son destructivos con desviaciones en la conducta prosocial.

Al mismo tiempo, existe una conexión a entre los malos tratos recibidos en la infancia y el desarrollo fisiológico y social de la persona, tales como la delincuencia y/o el comportamiento antisocial durante la adolescencia y adultez. También existe retardo del crecimiento y desnutrición (que no está relacionado con el insuficiente aporte de nutrientes).

c) Desorden de Identidad. El niño golpeado llega puede tener una mala imagen de sí mismo, puede creer que él es la causa del descontrol de sus padres, lo que le llevará a auto representarse como una persona mala, inadecuada o peligrosa.

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