Su causa se debe a un desequilibrio químico en los neurotransmisores del cerebro. El paciente pasa de la alegría al llanto en cuestión de minutos. Afortunadamente con un tratamiento farmacológico puede ser controlado, aquí radica la importancia de ser diagnosticado por un especialista.
Según reportes médicos, el 30% de las personas que padecen trastorno bipolar tienen tendencias suicidas, por eso es fundamental aprender a reconocer sus síntomas: cambios bruscos de humor (de la alegría a la depresión o viceversa), hiperactividad o sensación de sueño y apatía la mayor parte del tiempo, entre otros.
El doctor Enrique Galli de la Clínica Ricardo Palma señala que es muy importante que el paciente tome sus medicamentos, sobre todo en los períodos de euforia, para controlar la enfermedad. Las palabras de aliento, los pensamientos positivos y ayudar a mantener el buen humor, ayudan a la recuperación del bipolar.
Como cualquier otra patología, este trastorno mental tiene distintos niveles. “Por eso, muchas veces suele afectar al entorno mediático del enfermo. Por ejemplo, si éste es el jefe de familia, la esposa también debe ir a terapia para impedir que su matrimonio fracase por los continuos cambios de conducta de su pareja. Los hijos deberán informarse sobre qué es la enfermedad, cómo se trata y qué se puede hacer para controlarla, a fin de ayudar a su padre”, añade el especialista.
Según reportes médicos, el 30% de las personas que padecen trastorno bipolar tienen tendencias suicidas, por eso es fundamental aprender a reconocer sus síntomas: cambios bruscos de humor (de la alegría a la depresión o viceversa), hiperactividad o sensación de sueño y apatía la mayor parte del tiempo, entre otros.
El doctor Enrique Galli de la Clínica Ricardo Palma señala que es muy importante que el paciente tome sus medicamentos, sobre todo en los períodos de euforia, para controlar la enfermedad. Las palabras de aliento, los pensamientos positivos y ayudar a mantener el buen humor, ayudan a la recuperación del bipolar.
Como cualquier otra patología, este trastorno mental tiene distintos niveles. “Por eso, muchas veces suele afectar al entorno mediático del enfermo. Por ejemplo, si éste es el jefe de familia, la esposa también debe ir a terapia para impedir que su matrimonio fracase por los continuos cambios de conducta de su pareja. Los hijos deberán informarse sobre qué es la enfermedad, cómo se trata y qué se puede hacer para controlarla, a fin de ayudar a su padre”, añade el especialista.
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