El niño a nivel emocional, experimenta una serie de cambios como consecuencia de su crecimiento, de su interacción con los demás y del proceso de aprendizaje que constituye la base del desarrollo del ser humano como tal.
En estas edades el niño posee un abanico más amplio de expresión de emociones y sentimientos que en el periodo anterior, un mayor desarrollo del lenguaje y los nuevos acontecimientos que se van dando en su vida van a contribuir a ello.
Las rabietas tienden a disminuir en frecuencia y en intensidad, adquiriendo un estado emocional más equilibrado, sin llegar a darse cambios anímicos tan volubles como en años anteriores. Esto no significa que puedan surgir conductas negativas; es más, es un período en el que el comportamiento de los padres va a jugar un papel relevante en el aprendizaje de su hijo.
Durante esta etapa acontecen nuevas experiencias para el niño, como su entrada en la escuela y el contacto diario con otros compañeros. Este inicio dentro del ámbito escolar, a veces es fuente de ansiedad o de rechazo por algunos niños, los cuales lo exteriorizan con constantes negativas, lloros u otros síntomas. Tanto padres como profesores habrán de cuidar este aspecto para que el proceso sea lo más satisfactorio posible.
En estas edades el niño posee un abanico más amplio de expresión de emociones y sentimientos que en el periodo anterior, un mayor desarrollo del lenguaje y los nuevos acontecimientos que se van dando en su vida van a contribuir a ello.
Las rabietas tienden a disminuir en frecuencia y en intensidad, adquiriendo un estado emocional más equilibrado, sin llegar a darse cambios anímicos tan volubles como en años anteriores. Esto no significa que puedan surgir conductas negativas; es más, es un período en el que el comportamiento de los padres va a jugar un papel relevante en el aprendizaje de su hijo.
Durante esta etapa acontecen nuevas experiencias para el niño, como su entrada en la escuela y el contacto diario con otros compañeros. Este inicio dentro del ámbito escolar, a veces es fuente de ansiedad o de rechazo por algunos niños, los cuales lo exteriorizan con constantes negativas, lloros u otros síntomas. Tanto padres como profesores habrán de cuidar este aspecto para que el proceso sea lo más satisfactorio posible.
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